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Unai aprendió en Donosti que el humo podía transformar la cocina en poesía. Hoy esa lección revive en esta tostada: jamón ibérico, queso Idiazabal, tomate de la huerta, rúcula fresca y aceite de albahaca casero, todo envuelto bajo una campana de romero cultivado en nuestra propia casa. Cada bocado es humo que guarda memorias. 

El salmón es nuestro tesoro secreto: lo marinamos nosotros mismos hasta darle un carácter inconfundible. Sobre pan de masa madre, lo servimos con aguacate cremoso, puntos de queso crema y alcaparras de Osuna, bañados con aceite de cebollino casero. Es un plato que combina paciencia, artesanía y raíces compartidas. 

La burrata no se presenta, se anuncia. Cremosa y suave, llega escoltada por rúcula, tomate confitado, nueces y un hilo de aceite de albahaca. La llamamos La Señora porque merece respeto, y la adornamos con romero de nuestra propia casa, como si fuese un jardín en miniatura. Es frescura convertida en nobleza. 

Hay recetas que no nacen en una cocina, sino en el corazón. Esta tostada es el regalo que Unai prepara cada año por el cumpleaños de Fátima, inspirado en los desayunos que ella tomaba en el colegio en Osuna. Pan de masa madre con base de mermelada de tomate casera, rúcula fresca, pavo natural cocinado por nosotros y brie flameado. Es más que un plato: es una celebración íntima, un recuerdo convertido en sabor y un gesto de amor en cada mordisco. 

 El pan de masa madre, untado con mantequilla y tostado al calor justo, es el escenario de este clásico reinventado: pastrami jugoso, cheddar fundido, salsa especial de Unai y cebolla encurtida. Es un bocado que viaja desde Nueva York hasta Alicante, con parada obligada en Prólogo, donde cada detalle cuenta. 

Un Sandwich que nace de un viaje, un recuerdo y una leyenda. Entre montañas y bosques, conocimos a los intxixus, y uno de ellos —Kurri Kurri— nos inspiró esta receta. Pan de masa madre, pollo al curry cocinado a baja temperatura, champiñones confitados, espinacas frescas y una salsa suave de curry. Un bocado cálido, lleno de historias, como los caminos que nos llevan a crear. 

Un viaje convertido en sabor. Inspirado en aquel bocadillo casero de cerdo asado que nos preparó la madre de Fátima en la carretera de Osuna a Donosti, nace nuestra versión definitiva: cerdo asado deshilachado, bañado en su propia salsa, con pepinillos de la casa y cheddar fundido. Un guiño a la tradición, elevado a manjar de Prólogo

Cuando éramos pequeños, había sabores que nos acompañaban siempre: untar galletas con crema de cacahuete, robar un helado de caramelo salado en verano, buscar algo crujiente para rematar la merienda. Esta tostada francesa reúne todo eso: brioche dorado, crema de cacahuete casera, quenelle de helado y un toque crunchy. Es como abrir un cajón lleno de recuerdos de infancia y servirlos en un plato, para que nunca se olviden. 

En Osuna, los patios blancos se llenan de flores cada primavera. En Oiartzun, los prados despiertan con los primeros colores del año. Esta tostada francesa une esos paisajes: brioche dorado y fruta fresca de temporada, servida como un ramo comestible. La llamamos Floral porque, como las flores, cada estación la transforma en algo nuevo. Un recordatorio de que la belleza cambia, pero siempre regresa. 

Una tostada francesa con alma pirata: brioche casero dorado, compota de plátanos al ron oscuro, mascarpone dulce y un toque fresco de hierbabuena picada. Dulce, atrevida y con sabor a tesoro escondido.